En 1965, un movimiento comenzó en el sur del Valle Central. César Chávez y Dolores Huerta apoderaron a Latino y Filipino trabajadores del campo a luchar por mejores salarios y condiciones de trabajo humanas.
Esto en cambio, se convirtió a la ampliamente conocida Huelga de Uvas en Delano, orquestada por Chávez y Huerta. Aunque el movimiento está empalagado con controversia, con unos reclamando que Chávez reportaba y deportaba a trabajadores del campo indocumentados y que el machismo prevalece en la lucha, todavía fue un paso grande para los derechos de los trabajadores del campo.
La huelga duró aproximadamente cinco años, pero resultó en una unión fuerte para trabajadores del campo. La unión fue llamada La Unión de Campesinos (UFW).
55 años después, la UFW sirve y protege a trabajadores del campo por negociar contratos, asegurar que sus derechos no sean violados, informándoles de sus derechos, y lo más importante que hacen es empoderar a los trabajadores.
Yasmin Martínez es la Subdirectora de Campaña para la UFW y ella explicó el miedo que todavía prevalece en esta ocupación.
“Sabemos que intimidacion para formar una unión o para trabajadores peleando por sus derechos [existe]. [Ellos tienen] miedo de perder sus trabajos o probablemente ser deportados.”
Martínez explicó que este miedo es infligido por supervisores o las compañías propias, pero estas amenazas son combatidas con visitas de casa. “Nosotros creamos una sensación de seguridad con ellos. Son más abiertos a decirnos de sus condiciones de trabajo, que tratamiento de trabajo están recibiendo, qué tipo de pago les dan y si no les pagan a tiempo.”
A Veces, su dinero no es dado a tiempo, que es considerado una violacion de derechos de trabajadores de campo. Cada día que su cheque es tarde, no importa la circunstancia, deben de recibir una compensación.
Otros problemas que todavía tienen que resolver son los baños, descansos, condiciones de trabajar y disponibilidad de agua. “Esos tipos de problemas son mejorados con un contrato con el UFW porque luego, [trabajadores de campo] tienen un representante que tiene derecho a entrar al campo,” dijo Martínez.
El contrato es firmado por la compañía de los trabajadores, nomas si la mayoría de ellos está de acuerdo a ser parte de la unión. Ser parte de la unión viene con beneficios, como acceso a ciertos recursos, cualquier tipo de negociaciones, y asegurando que no haya violaciones de derechos.
Trabajadores del campo migran mucho por las oportunidades de trabajo de temporada. A veces, muchos brincan de compañía a compañía. Su contrato con el UFW es por año, pero sin autoridad en ciertas compañías, no hay mucho que el UFW puede hacer.
Esto no es completamente malo, como Martínez explicó. “Estamos legalmente representando los, pero también los estamos empoderando. La más información que ellos aprenden, lo más que benefician de nosotros.”
La Unión de Campesinos entrena a trabajadores de sus derechos entonces cuando emigran a otra compania, fácilmente pueden reconocer violaciones de derechos o mejoras necesarias. También pueden informar a otros, trabajadores sin contrato de sus derechos, que puede apoderar a ellos a buscar justicia o entrar a un contrato ellos mismos.
En lo que respecta a los trabajadores indocumentados, “nosotros representamos a todos los trabajadores del campo sin importar su estatus legal. Si están trabajado, los vamos a representar y vamos a defender sus derechos,” dijo Martínez.
Trabajadores de campo de la comunidad local tenían mucho de qué hablar sobre las condiciones y derechos de trabajo.
Ausencio Carrillo, que ha trabajado más de 20 años en el campo, explicó que, a veces, esperan más trabajo de lo que puede cumplir.
“En unas partes de trabajo, a veces quieren que hagas más de lo que requiere el trabajo y pagan lo mismo,” dijo Carrillo.
Su esposa, Leticia Carrillo, se quejó sobre la falta de herramientas para trabajar. “En unas partes, tienes que proporcionar tus propias herramientas. Seria bueno si ellos proporcionarán los guantes de trabajo y lentes de protección.”
Los lentes son necesarios, especialmente cuando cortan las viñas de las uvas. A veces, el trabajador está mirando para arriba y jalando la viña mientras cortan la viña y les puede pegar en la cara cuando se cae. Tierra y polvo se les puede meter en los ojos, haciendo que sea difícil ver y también causa irritación en los ojos.
Cristian Alvarado, se quejó sobre el pago de tiempo extra. “Pago de tiempo extra no es pagado, y si por casualidad nos pagan, es pagado como tiempo regular, no doble como debe de ser.”
Otras quejas que dan trabajadores del campo es que no les dan descanso durante los tiempos programados, sus días de trabajo son cortados para que las compañías guarden dinero, y que les pagan salario mínimo por trabajo difícil.
Aunque las condiciones han mejorado desde el trabajo de César Chávez, todavía hay más trabajo que se tiene que hacer.